23 septiembre 2019

Septiembre, vuelta al cole

No sabía si era más triste abandonar el blog ya del todo o intentar revivirlo, pero he optado por la segunda opción porque sé que me arrepentiré mucho si no lo intento.

He estado totalmente desaparecida casi dos meses por aquí porque, como siempre en mi vida, me puede la pereza. En mi defensa diré que la rutina se ha apoderado prácticamente de todo este tiempo y eso tampoco me ayuda mucho a querer escribir, porque tengo la sensación de no tener nada que contar.

Al principio todo era nuevo y emocionante, pero en verano estaba tan adaptada al trabajo y las situaciones que ocurren con los Guests día a día, que ya nada me parecía interesante. He tenido varias crisis de “¿qué narices hago yo aquí?” pero las iba superando al pensar en el final del verano, cuando vendrían formaciones nuevas y por lo tanto, una rutina de trabajo más variada.

El lado positivo de agosto fue que hacía buen tiempo y además mi novio pasó gran parte del mes aquí conmigo. Celebramos mi cumple en Disney, cenando con Mickey, y conocimos algunos pueblos de alrededor. Pero el trabajo me parecía cada vez más pesado y se suspendió el curso de francés por vacaciones, por lo que me sentía totalmente atascada en el idioma, después de meses utilizando siempre el mismo vocabulario.

28

Respecto a septiembre, reconozco que ha sido un mes interesante. Han cumplido con las formaciones que nos correspondían y ahora además de escanear los tickets en los tornos, puedo estar vendiéndolos en las taquillas o atendiendo en la ventanilla de Guest Relations a la entrada del parque. Todo esto ha dado un empujón importante a mi francés, además de volver a las clases, he estado aprendiendo vocabulario nuevo y tratando con situaciones diferentes a las que estaba acostumbrada hasta ahora.

Lo malo es que ninguno de los puestos a los que tengo acceso me ha encantado como yo esperaba. Estar en la caja está bien porque no tengo que pasar ocho horas de pie en el frío y me da más tiempo a interactuar con los Guests, pero es un trabajo muy repetitivo y mecánico en cuanto le coges el truco y además los procedimientos en las taquillas son muy limitados, así que si me viene gente con problemas de verdad, no puedo hacer más que derivarlos a Guest Relations. Allí también puedo trabajar yo; es el puesto que más me gusta y se asemeja a lo que yo hacía en DisneyWorld (salvando las distancias) pero está bastante reservado para la gente que lleva mucho tiempo trabajando aquí, así que me da la impresión de que no me pondrán mucho en él. Ojalá me equivoque.

Con el mes de septiembre, han llegado también muchas despedidas de toda la gente que había venido a trabajar para el verano. Así que por ese lado también estoy algo desanimada porque se ha ido mucha gente con la que me gustaba salir, ahora me siento más sola, lo que no quiere decir que no siga trabajando con personas muy guays y a las que quiero un montón.

MI TRÍO CALAVERA

Por toda esta mezcla de cosas y alguna que otra más, no me decidía a escribir en el blog para no sonar deprimente. Lo cierto es que no estoy mal, no quiero que penséis eso; yo voy al trabajo y me lo paso bien, me río un montón, voy a París una o dos veces por semana, tengo horarios muy decentes, gente con la que salir y me encanta vivir sola. De hecho, me he comprado un mini cactus que aún no tiene nombre y le canto todos los días para que crezca con espinas sanas y fuertes. Supongo que, simplemente, París no es el lugar para mí y no ha sido agradable ser consciente de ello. Ahora que lo tengo claro, voy a hacer todo lo que esté en mi mano para aprovechar mi tiempo aquí mientras preparo mi próxima aventura. Prometo manteneros informados, os interese o no.

Estela