16 abril 2020

Cuarentena en París

Casi un año llevo buscando excusas para justificar el abandono de este blog, y llega una pandemia mundial a encerrarnos en casa y terminar con todas ellas. Así que, ni lo voy a intentar: han pasado tantas cosas que simplemente no sabía por donde empezar.

Febrero y marzo se presentaron interesantes porque tuve visitas que venían a Disney por primera vez y me lo pasé genial. La cosa se torció cuando los últimos invitados, mis padres, no pudieron volar debido a que la situación del Coronavirus se estaba poniendo seria. Se supone que les vería por primera vez en meses, les iba a enseñar mi pueblo, mi casa y mi lugar de trabajo. Pero nada de eso resultó posible al final, aunque ahora no puedo más que agradecer que tomasen la decisión de no venir porque nunca me lo perdonaría si hubiesen enfermado por venir a verme.

El sábado 14 de marzo fue el último día que fui a trabajar y de eso ha pasado ya un mes. Llegamos por la mañana, tuvimos una reunión todo el equipo y nos dijeron que nos fuésemos a casa, que nos informarían por email al día siguiente según avanzase la situación. Nadie sabía con certeza lo que estaba pasando. Al día siguiente me llegó la noticia de que no volvería a trabajar hasta nueva orden. Por primera vez en la historia Disney, todos los parques del mundo cerraban sus puertas sin tener fecha de reapertura. Ingenua de mí, incluso dejé mis cosas en la taquilla porque imaginaba que sería cosa de pocas semanas. Como ya sabéis, me equivocaba.

Disney nos está proporcionando clases online para intentar que obtengamos algún diploma de los que se supone que recibiríamos al final del contrato, pero nada es seguro. De todas formas yo me siento afortunada, porque al menos hasta mayo Sergio y yo recibiremos nuestro sueldo y no debemos preocuparnos como otra mucha gente que, por desgracia, no sabe si podrá pagar sus facturas, alquileres o hipotecas. 

Mi contrato acaba a final de mes y yo confiaba en recibir uno nuevo para junio, aunque ahora lo veo todo negro. De momento, nos quedaremos en Francia hasta que la cuarentena acabe y después decidiremos qué hacer según avance todo esto. Yo no quiero dejar Disney todavía, eso lo tengo muy claro, y  a mi francés le queda mucho por mejorar. Por otro lado, ambos tenemos muchas ganas de poder volver a España a ver a nuestras familias que, afortunadamente, nos esperan en casa.

ME HE TEÑIDO Y PINTADO PECAS

El confinamiento es en Francia prácticamente igual que en todos sitios. Para salir de casa debemos llevar una atestación firmada en la que indicamos el motivo por el que estamos fuera: trabajar, ir a comprar, ir al médico o salir a hacer ejercicio. Al menos aquí nos dejan salir máximo una hora y como mucho a un kilómetro de casa para hacer algo de ejercicio. Nosotros no salimos para nada más que para hacer la compra cada dos o tres semanas. Al principio se me hacía más duro, pasé de relacionarme con cientos de personas a no hablar con nadie y estar encerrada en 28 metros cuadrados. Con el paso de los días me he ido acostumbrado y ahora puedo decir que lo llevo hasta bien, saco tiempo para leer y escribir más (aquí no, ya lo sé, pero en Instagram sí) y también hemos aprovechado bien la llegada a nuestras vidas de Disney+. Sergio lo ha llevado todo mucho mejor que yo, porque él sigue trabajando desde casa así que su rutina no se ha visto tan afectada. Lo peor es que ahora el pobre tiene que aguantarme 24/7 pero también creo que poco a poco lo va llevando mejor.

Al igual que vosotros, no tengo ni idea de qué va a ir pasando en las próximas semanas. Lo que tengo claro es que seguiré aquí encerrada, contribuyendo de la mejor manera posible e intentando cumplir mis propósitos de cuarentena. Os deseo lo mejor en estos tiempos que vivimos, gracias por pasaros por aquí, 

Estela.