01 julio 2019

Casita

La Fiesta de la Música fue una experiencia muy interesante de ver; las calles llenas de gente, canciones sonando por todas partes, bebida a menos de 8€… incluso entramos a un concierto dentro de una iglesia. Lo malo fue, como siempre, el transporte. Había muchísima gente y, aunque alargaron los horarios de funcionamiento, los trenes iban lentísimos. Literalmente pasamos más tiempo de trayecto entre ida y vuelta que el que estuvimos en París, pero bueno, eso me pasa a mí por ser pobre y vivir en las afueras, supongo.

El finde después del trabajo aproveché a estar en los parque con mi amiga Ana, que estaba de visita, y me enseñó cosas muy mágicas que yo no sabía. De hecho, eso es lo que ella hace, es mi Pepito Grillo de Disneyland París. Sus conocimientos se suman al hecho de que yo no me entero de nada en general (mi francés avanza lentamente, lo reconozco) y acaba resolviéndome la vida en multitud de ocasiones ya sea en backstage o desde el aeropuerto cuando no encuentro la parada de autobús. Desde aquí le agradezco una vez más toda la paciencia y ayuda que me está prestando estos últimos meses, porque soy MUY PESADA.

El lunes y el martes París se vio azotada por la ola de calor, al igual que el resto de Europa, así que se resumen en días de sudor y ganas de morir en el trabajo. Además el martes hice el intento de ir a un parque acuático cercano con mi amiga Paula, pero el experimento salió tan mal que se convirtió en un viaje de una hora en autobús para acabar hinchándonos a sushi y fideos chinos: la comida estaba buenísima y el restaurante tenía aire acondicionado así que fuimos felices igual.

Y por fin llegó mi ansiado miércoles, cuando al salir del trabajo me dirigí al aeropuerto para volar a casita. Y QUÉ BIEN TODO. Qué bien mi mamá, mi papá, mis hermanos, mi gata, mi gato, mi cama, mi piscina… qué bonito estar en casa aunque fuese sólo un día. De verdad, me ha sentado tan bien salir de aquí por unos días y sentir que estoy al lado, que puedo ir cuando quiera; esto no pasaba en Florida.

HOME SWEET HOME

El jueves era el gran día porque presentaba los TFGs en la universidad. Fue largo y durísimo porque tuve que recorrerme Vicálvaro y Fuenlabrada con unas 5 horas de espera entre ambos, menos mal que el señor Aitor (aka BFF) estuvo a mi lado en todo momento y lo hizo mucho más ameno. Cuando se publiquen las notas sabremos si todo este esfuerzo ha merecido la pena, y ojalá que sea sí.

Como este viaje era cortito pero intenso, el viernes me tocó volver a París después unas pocas - muy muy pocas - horas en casa de Sergio. Pero esto no me pone triste del todo porque va a venir de visita la semana que viene y ya tenemos un montón de planes guays.

Estos días ya estoy de vuelta en la rutina pero con las pilas mucho más cargadas después de la visita a casa. Bueno, y después de ver la maravilla que han hecho en Toy Story 4, que por fin se estrenó en Francia y he podido verla y madre mía, pensaba que iba a ser terrible pero es que me ha encantado, está tan bien hecha ylahistoriaesincreíbleyllorétantoBoeslamejor y recomiendo muchísimo verla. Ya está, lo he dicho. Lo siento. Gracias por llegar hasta aquí,

Estela.

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